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Buenas noches. Antiguos alumnos, familiares, profesores, amigos y jesuitas. A todos, bienvenidos. SAFA-ICET os da las gracias, por estar presente en este acto conmemorativo del 75 Aniversario de la fundación del Colegio ICET, que señala el 12 de octubre de 1939 como fecha inaugural del Centro.
 
Agradecer a Joaquín Ruano el trabajo realizado bajo el título “La Obra del Padre Ciganda” y a Francisco Chaparro por sus palabras recordando años pasados. Ambos, han mostrado el proyecto educativo de los jesuitas en la zona del rebalaje de El Palo.
De esta época que hemos recordado, cabe destacar la labor del Padre Ciganda hasta 1948; y posteriormente, la de sus continuadores, el padre Uriarte, el padre Serna, el padre Solís, Emilio Murillo y Santiago Ayllón hasta llegar a 1969. Estos directores vivieron distintos acontecimientos de los que vosotros fuisteis testigos y protagonistas.

Asimismo, señalar en este primer acto de los programados por el 75 Aniversario de la fundación del ICET, otro momento fundamental en la historia del Colegio, el verano de 1969, cuando el ICET pasa a formar parte de la Fundación Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia con el nombre de SAFA-ICET; para continuar de nuevo con la Compañía de Jesús, la labor de atender la educación y necesidades de las clases más populares.

Esta tarde, es un buen momento, para significar y homenajear a todos los que hicieron posible la continuidad del proyecto inicial del Padre Ciganda, vosotros con la AAA, también sois protagonistas y continuadores de esta “Segunda Etapa”, y reconocemos, la dedicación y el trabajo de directores como, Don José Caparrós Lupiañez, antiguo alumno del ICET, que conducirá el proyecto desde el año 1971 al 2000, consiguiendo con su equipo, levantar el colegio, dando un nuevo impulso a la Formación Profesional; y a Don Francisco Luis Martínez Villar, antiguo alumno SAFA de Úbeda, que trabajará con sus docentes durante el periodo que va del año 2000 al 2012, acercando el Centro a las distintas instituciones de la ciudad.
 
Hoy, que es un día especial, permitirnos hablaros del ICET en la actualidad. Una Comunidad Educativa, donde todos tenemos claro que “Trabajar por nuestro Centro, te hace tener un fuerte sentido de pertenencia e identificación con el Proyecto Educativo de la Compañía de Jesús”.

Cada año, el Centro acoge en sus aulas a unos 800 alumnos, 56 profesores y 7 trabajadores de administración y servicios. Todos, desarrollan una labor que cubre las posibilidades del actual sistema educativo, con el fin de lograr situar al alumnado en el lugar apropiado de nuestra sociedad.

El Colegio tiene homologadas las etapas de enseñanza obligatoria: Infantil, Primaria, Secundaria, PCPI y la nueva Formación Profesional Básica; todas, con atención especial en la diversidad del alumnado: apoyos, refuerzos, Diversificación, etc. Igualmente, se imparte dentro del concierto con la Administración, Bachillerato de Ciencias y Tecnología junto al de Humanidades y Ciencias Sociales. Además, contamos con Formación Profesional de Ciclo de Grado Medio y Grado Superior, con especialidades como: Administrativo, Comercio, Electricidad, Enfermería, Frío y Climatización, Vehículos, Informática y Finanzas. Estas dos últimas de Ciclo Superior.

El perfil de nuestro alumnado, es en su mayoría de clase media y de características similares a los de cualquier centro de hoy; pero el ICET, muestra con nitidez la realidad social del momento. Destacando los siguientes aspectos:
 
  • Alumnado de Centros de Acogidas con un 2%.
  • Alumnado inmigrante de 30 países con un 15%.
  • Alumnado con Necesidades Educativas que representa un 17% con el siguiente detalle:
  • 20% que reciben Apoyo de forma individualizada o en pequeño grupo.
  • Y 2%, diagnosticados con Necesidades Educativas Especiales.
  • Y un 4% de alumnado en Diversificación, PCPI y Formación Profesional Básica.
Para todos ellos, esta atención supone reabrirles caminos en el Sistema Educativo.

También, nuestra labor se desarrolla con un grupo de alumnos con condiciones socioeconómicas difíciles, que proceden de distintos puntos de la ciudad; pero en su mayoría, son de zonas cercanas a nuestro Colegio, como las Playas de El Palo y Pedregalejo. Viviendas Protegidas. Las Cuevas. Barriada de La Mosca y La Pelusa.

Junto a este pequeño grupo; se matriculan otros alumnos, que proceden de centros escolares, donde el fracaso escolar ha estado presente en sus vidas. Es la razón para que en nuestro Colegio, se justifique la existencia de una formación individualizada; que llega incluso, a una intervención con su medio familiar y social, elevándoles la autoestima y la posibilidad de vislumbrar que pueden superar su etapa educativa.

Esta situación, como hemos comentado, no se da en toda nuestra población escolar, y citamos con orgullo al grupo de alumnos emprendedores que crean sus propias empresas, o aquellos que llegan a otros sectores profesionales, que elevan el nombre del Colegio a altas cotas; apreciándose como el ICET, desde sus orígenes, actúa como agente de transformación en todos sectores sociales. Lo demuestra, el número elevado de alumnos colocados en empresas e integrados en la sociedad y aunque algunos posteriormente, ya padres, no matriculan a sus hijos e hijas desde pequeños en nuestro Centro. Sabemos que frente a determinadas situaciones educativas, cuentan con nosotros y regresan. El ICET sigue siendo el colegio del barrio y de todos.

Nuestra labor educativa y cultural, que es fundamental para fomentar actitudes de solidaridad y amistad, está apoyada y organizada por toda la Comunidad Educativa y junto a este equipo, EDUCSI, órgano de la Compañía de Jesús a nivel nacional, que coordina la labor educativa de las dos Fundaciones jesuíticas: Loyola y SAFA.
 
Queda señalar dos aspectos importantes de nuestro futuro:

El ICET, hoy SAFA-ICET, como Colegio es necesario en el barrio. Tiene como horizonte ir adaptándose a las circunstancias que van apareciendo y centrándose en todo lo que significa educación alternativa, como la enseñanza Presencial y a Distancia, pero teniendo una mirada especial en nuestra Formación Profesional.
El otro aspecto, es avanzar en el Proyecto Educativo de la Compañía de Jesús, que discurre por el camino educativo y espiritual de San Ignacio y da sentido a nuestro trabajo y a nuestra vida, y se recoge bajo su frase: “Entramos para aprender, salimos para servir”
 
Terminar, agradeciendo a toda la Comunidad Educativa el interés y cariño por el ICET. En especial a vosotros, la Asociación de Antiguos Alumnos y a su Equipo Directivo con Francisco Chaparro al frente.
 
Por vuestra continua ayuda, colaboración y apoyo. Sabed que formáis parte de la historia del Colegio.
 
Muchas gracias.
 

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